Trump y el microfonazo: la nueva amenaza a la seguridad nacional
EEUU, marzo 14.- En una escena digna de una película de comedia (o de un episodio de Saturday Night Live), el presidente Donald Trump fue víctima de un brutal ataque… de un micrófono. Sí, así como lo leen.
El inusual suceso ocurrió cuando el mandatario abandonaba el Departamento de Justicia después de una conferencia de prensa y se dirigía a la pista de la Base Conjunta Andrews para abordar el Air Force One. Un grupo de periodistas lo esperaba, listos para bombardearlo con preguntas, pero lo que nadie esperaba era que uno de ellos, en un descuido catastrófico, le estampara el micrófono en la cara.
El momento fue tan impactante que Trump, con su característico talento para el espectáculo, no dejó pasar la oportunidad de convertirlo en un suceso de nivel mundial. Con las cejas arqueadas y una mirada fulminante, el presidente hizo lo que mejor sabe hacer: desviar la atención. Cuando otro periodista intentó preguntarle sobre la situación en Gaza, Trump interrumpió y exclamó: "¡Se convirtió en una noticia importante! ¿Verdad? ¿Vieron eso?".
Fuentes cercanas aseguran que el micrófono podría enfrentar cargos por agresión, mientras que otros analistas ya especulan si el periodista en cuestión se verá obligado a exiliarse o a buscar refugio político en un país sin tratados de extradición con EE.UU.
En redes sociales, el incidente ya ha sido bautizado como el micrófonazo gate y teorías conspirativas afirman que podría haber sido un complot orquestado por los medios de comunicación para desestabilizar la nación. En tanto, expertos en seguridad presidencial ahora debaten si a partir de este momento será necesario implementar un protocolo especial para controlar la peligrosísima amenaza de los micrófonos en la Casa Blanca.
Mientras tanto, Trump sigue adelante con su viaje a Palm Beach, probablemente ya planeando una orden ejecutiva para prohibir los micrófonos en conferencias de prensa o, mejor aún, exigir que de ahora en adelante los periodistas le hagan preguntas vía telepatía.
¡Estén atentos, porque en la era Trump, la realidad siempre supera la ficción!
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